¡BIENVENIDOS!

BlaBlerías es una revista digital para narradores orales, escritores y amantes de la Literatura oral y escrita. Es una publicacón bimensual, con artículos variados: cuentos, leyendas, miradas, entrevistas, novedades, notas sobre bibliotecas, artículos de teoría, imágenes, audios y videos. Para leer mientras se escucha música y para disfrutar de a ratitos porque todos los artículos son cortos (así no duelen ni los ojos ni la espalda).
Se aceptan colaboraciones: datos interesantes, curiosidades, artículos, cuentos cortos, comentarios, críticas constructivas.
Escribinos a
blablerias@gmail.com

lunes, 14 de octubre de 2013

¿Todavía no la leíste?

http://joom.ag/cCgX


I ENCUENTRO DE NARRADORES DEL OESTE



Viernes 18 de octubre a las 19.30


Betty Ferkel presenta

"Amigas del alma"
 
Las jugarretas del tiempo nos llenan de canas y arrugas, pero también de comprensión, tolerancia y alegría
Quizás por eso, cuantos más años tengo, más puedo disfrutar de la amistad.
Este espectáculo es un homenaje a mis amigas, con historias que emocionan, conmueven y divierten. Es que así son ellas: sensibles, inteligentes y divertidas.

Textos de Gabriela Acher, Angela Pradelli, Liliana Hecker, 
Patricia Suárez y Esther Tousquets

en la Sala Eladia Blázquez del
Café Tortoni, Avenida de Mayo 835

Bono contribución $ 50



martes, 8 de octubre de 2013

UNO SOLO MÁS

con Vivi García y Marita von Saltzen

VIERNES 11 de OCTUBRE
a las 19.00

en Séptimo Arte, San Pedrito 107, esquina Ramón L. Falcón (Flores)

A la gorra

domingo, 6 de octubre de 2013

Sobre el cuento "Una felicidad repulsiva" de Guillermo Martínez

Pues bien, con el libro en mis manos decidí encarar ahora sí el contacto directo con el cuento que da título a la compilación última de Martínez, quien presenta su libro la semana próxima en Palermo Hollywood.
En el juego continuo de causas y azares que tiene mi vida con la literatura, ayer escuché por primera vez el cuento “Sobre la falda” de Elsa Bornemann, el cual forma parte de “Un elefante ocupa mucho espacio”. La historia de esta familia, feliz de estar sentada siempre uno sobre otro, la madre sobre el padre, el hijo sobre ella, los mellizos sobre el hijo, me resuena en algún lugar cuando empiezo a leer esta historia. Que en todo caso, es la historia de dos familias. Los M (nunca sabremos el apellido completo) y la del narrador, en rigurosa primera persona, y también innominado, trucos a las cuales Martínez ya nos tiene acostumbrados. Los M, decía, una familia sempiternamente feliz, al menos, a los ojos de los que “ven” desde afuera. Y me doy cuenta de que mi pregunta sobre qué sería “Una felicidad repulsiva” a unos chicos de secundaria, para ver si podían predecir sin leer, había tenido una respuesta correcta: “La felicidad de otros”, me dijo uno de los alumnos.
El protagonista se obsesiona con esos jugadores de tenis que siempre triunfan, con los adolescentes que se le parecen y a la vez no, que tienen un estilo de vida tan diferente. Y en esa obsesión, de la que no se despega siquiera yéndose del país a estudiar primero y a trabajar después, vemos desfilar años de su vida y de su propia familia, que va desmoronándose poco a poco, como la metáfora de su casa, literalmente “meada por los perros de los vecinos” del piso de arriba, a quienes tuvieron que alquilar por falta de dinero, y por la mala suerte, o vibra, o energía, como se prefiera llamarla. “La ruina de la casa Usher”, le cuenta su hermana y confidente, en una carta y la sombra de Poe asoma, así como la de Wilde en “El retrato de Dorian Gray” para ilustrar a los que nunca envejecen, y siguen siendo felices, reencarnados en nuevas familias, en cualquier parte, que no son las nuestras. También pienso en “Casa tomada”, de Cortázar, para remedar a la que va perdiendo lenta pero inexorablemente a manos de sus inquilinos, la de la familia del narrador.
El cuento tiene un efecto hipnótico y queremos saber, en forma perentoria, cuál es la receta para la felicidad perfecta y sin fisuras de la familia M. Citaremos como el narrador, al catalán Joaquín Bartrina, quien aconseja

“SI quieres ser feliz, como me dices, no analices, muchacho, no analices”.

Una trampa (la de no analizar) que el narrador no puede soslayar, y en la búsqueda de una respuesta satisfactoria se le va la vida.

Silvina Rodríguez
Tierra de Libros

PARA REVIVIR ALGO DEL "TE DOY MI PALABRA 12"

¡Hola Amigos!

Nos juntamos para revivir la Apertura del Festival en Morón y, además... ¡micrófono abierto! Te esperamos a vos y tus amigos para que los cuentos los alegren y regresen a sus casas con una sonrisa.






Nos escribe Istvansch, maravilloso ilustrador:
 Hola gente querida,
            El miércoles 9 de octubre, a las 19.00 en La Nube (Jorge Newbery 3537)
            presentamos el libro
            Quien Soy. Relatos de identidad, nietos y reencuentros,
            Fruto del trabajo de tres años, surge de la necesidad de contar a niños y jóvenes los aberrantes acontecimientos vividos durante la última dictadura militar, centrados en el robo de niños y supresión de la identidad; y el trabajo mundialmente reconocido de Abuelas de Plaza de Mayo, abocado a la restitución de esas identidades.
            Es un libro que hicimos entre ocho autores y nos tiene emocionados a todos por igual. Las duplas escritor e ilustrador somos Paula Bombara e Irene Singer, Iris Rivera y María Wernicke, Mario Méndez y Pablo Bernasconi, María Teresa Andruetto y yo, que también hice el dibujo y diseño de tapa. La edición de Calibroscopio es sencillamente exquisita, ya verán.
            Envío en adjunto la invitación.
            Ojalá puedan venir, y difundir también, por favor.
            Besos enormes

            Pego acá un párrafo que escribí para el número más reciente de la revista española Peonza:
En Quién soy, dos hermanos de cuatro y dos años secuestrados durante la dictadura, hablan de su dolorosa historia contando borrosos recuerdos en medio de los cuales aparece, repentinamente, un destello de algo que permanece en la memoria hasta en el más mínimo detalle. La misma historia me llevó a preguntarme sobre qué color puede tener el recuerdo, al que imaginé color sombra y decidí hacer esculturas de papel blanco sin proporciones fijas, instaladas estéticamente en el borde de la realidad y el sueño, que quedaron terriblemente inquietantes.